domingo, 13 de diciembre de 2015

Los Chocolates de Saul......
No eran los mejores años, la desesperanza hacia a muchos perder los papeles, a pocos unirnos mas como hermanos que esperanzados en que sin saber la solución algún día terminaría, de alguna forma sin saber como todo este sufrimiento acabaría.
Era de tarde entrando la noche, Saul unos años menor que yo siempre había sido mudo testigo de mi desesperanza, siempre disponible para acompañar en cualquier eventual aventura o simplemente para tener una buena conversación, aquel día, sin trabajo y habiendo caminado todos los caminos conocidos, había perdido la esperanza, la misma que se alejaba de mi todas las tardes, apenas me daba cuenta que la noche venia y el hambre se sentía una vez mas.
No recuerdo cuanto duró, pero representaba toda mi vida, no era un capitulo como lo veo hoy, una época de baja, era toda mi vida involucrada en lo que me negaba a creer y que el día que lo creí lo acepté, para agachar la cabeza con la finalidad que la tormenta me toque lo menos posible pero ganar velocidad en mi paso directo y justo por el centro de ella, al principio con las manos en los bolsillos, la cabeza gacha como pidiendo no ser golpeado por la pobreza, el hambre, la desesperación que acechaba, después, levantando la cabeza, con los brazos en alto, muy en alto, rematando las manos abiertas y mi voz, un grito, un solo grito que no silencio la terrible tormenta sino me hizo escucharme , oir cada uno de mis pasos luchando por salir empujando hasta que por fin vi el suelo, donde me quede y moriré en paz, justo, casi, como hoy.
Aquel día, el hambre era diferente, ya no quemaba, ya no había forma de describir el sentir de los días sin probar alimento, simplemente ya no “era” como si mi cuerpo hubiera apagado el dolor físico del no comer, aquel día se perdió mi instinto, deje de ser mi para empezar a ser yo, solo en casa, buscando entre lo buscado algo que hacer, algún camino que no hubiera repasado, mire por la ventana y vi la delgada silueta de Saul, mi amigo, vecino, hermano, cuya ventana quedaba exactamente frente a la mía, un poco mas a la derecha, quizás mas alta, levante la mano, recibí respuesta, pocos minutos después estábamos conversando en el filo de la vereda, de la calle mas solitaria que conocía, mi calle, empezaba a ser de noche era el momento justo en que el ya no se sentía frió, ni hambre, solo la soledad.
Hola, hola, que haciendo…nada, cagándome de hambre, pucha, lo mismo, hoy no vino mi viejo, a cada rato me asomo por la ventana, pero nada, esperaba trajera algo para la casa, para comer, pero nada, ya son 2 días y nada, para ese entonces su padre, recio hombre de costumbres había abandonado la casa familiar para empezar su vida terminando con la de la esposa y los hijos, ya me canse de tomar agua, si, es una buena solución pero cansa, y tu bicicleta? Ahí, oxidándose, yo no se para donde voy, si tan solo viera una luz, -dije eso en voz alta?- perdona, normal, yo también estoy recagado, ya no era el mismo pendejo de siempre ya no tenia mis patas ni mi ropa, era el mismo abandono hecho ser, o lo eramos, tomando la noche lo mejor posible, conversando, con dignidad, tratando de poner alegría donde faltaba, y sabes que?? Me llevo a los milicos pues, ahí maneje un auto por primera vez, hace poco mas de dos meses, poco antes que se fuera, choque, todos se cagaron de risa de mi, pero la pase muy bien, como antes, como será en el futuro, poco después se fue, y de paso dejo los chocolates del curita, curita??? Y eso??? Claro pues, el trabajaba para un cura, no se que hacia pero el cura no tenia dinero y la pago con los chocolates, finos, americanos creo, no se, vencidos totalmente vencidos, ah si? Chocolates??? Chocolates’?? anda tráelos, vamos a darles una mirada, noooo, no jodas están podridos, pasados, los guardo no se por que, pero los guardo, no los voy a comer, huevon, me cago de hambre, tráelos y veremos, pocos minutos depues, Saul se aparecía con una inmensa bolsa negra con los ya famosos chocolates, abrí la bolsa con dignidad rápido pero si apuro, lento con mucho cuidado y vi el tesoro del reino del olvido, una valiosísima carga de finas envolturas de platina dorada finamente rodeado por papel de colores y cintas blancas, eran los mas finos chocolates del mundo, maravillosos, en todas sus formas y colores, no se cuanto pero debe haber habido mas de 500 chocolates finamente envueltos cada uno con mayor edad que otro.
No comas huevon están pasados, no, este no, mira dice otra fecha, y total lo pasado se le siente en el sabor, no? Probé uno, dos, diez, cuando levante la cabeza vi a Saul comiendo alegremente, demoramos 10 o 20 minutos en empezar a cagarnos dela risa, era verano, las casas deban frente al mar, el sol ya se había ido pero había un fiel reflejo de dulzura en cada cosa que veía, la gente pasaba, los autos la noche, las voces, los ruidos delas casas, los amigos que pasaban e intrigados saludaban.
Aquel día sobreviví o mejor dicho aprendí a sobrevivir, aprendí que todo pasaría, que mas allá de lo que dure esta el beneficio de llegar al final, aprendí que cada mano esta siempre unida a otra porque así es nuestra naturaleza, porque así lo afrontamos y así escomo debe ser, una constante prueba sin duración solo un principio y el fin.