lunes, 29 de abril de 2013

La noche del apagon - Alberto Novoa Allagual (fragmento)


Los años del terrorismo no fueron fáciles, era todo un reto vivir cada día, cada uno en su forma, con sus ocupaciones, era como si el ser humano se adaptara a cada difícil situación, era como vivir en guerra, era como vivir en el siempre contrastado Perú con el temor en cada esquina con la posibilidad de ser arrollado por una combi o asaltado en una esquina; seguramente fueron los años mas seguros de la historia del Perú, había menos robos, menos accidentes, claro, la gente se cuidaba mas no salíamos tan tarde, no nos metíamos por lugares solitarios ya que sabíamos que en cada lugar existía la posibilidad de ser victimas del odio que cultivaron cientos de años de vida republicana, para que decir mas, la muerte era el epilogo de ese odio y quien no como el cáncer, tenia un ser querido, un familiar un amigo en la mira del terrorismo.
Felix y yo éramos un par de jóvenes universitarios mi madre enferma y su padre menos que ausente, lejano; nos convertía en amigos inseparables, recuerdo cada mañana cuando un gigantesco Felix entraba a la facultad marchando al ritmo del silbido de una marcha, con gruesos lentes, que tapaba solo parte de las secuelas de un implacable acné que su madre combatiera con los mil remedios caseros y que finalmente desaprecio dejando atrás los duros rasgos agrietados y definiendo la sonrisa final que llevaría por siempre para siempre hasta hoy.
Felix era un excelente estudiante, mas que eso, tenia la facultad de recordar cada pequeño proceso matemático que solidificaba el procedimiento para la respuesta, yo nunca recordé nada, era como decía mi hermano, como si cada conocimiento lo hubiera tenido colgado de la pared con alfileres sin orden alguno. Pasábamos el día entero en la facultad, era mas seguro, al ser una universidad particular no se sentía los matices del terror, éramos tan jóvenes que habíamos blindado la parte dura para seguir siendo jóvenes, el ser humano siempre busca una forma, una salida de vivir sus etapas, como cuando hoy siendo padre me preocupo tanto de mis hijos, y siempre una voz dentro de mi replica, preocúpate menos, la naturaleza siempre dirá la ultima palabra, y si tu no puedes ellos maduraran igual.
Nos reuníamos cada vez que podíamos en la biblioteca donde se juntaba los amigos con muchas ganas de estudiar era muy importante aprovechar las horas de luz, los ataques había ya llegado a la capital, no solo eran las bombas en el periódico ni el lejano sonido de la detonación, los atentados ya estaban en la puerta de cada casa, a la vuelta de cada esquina, aun así la vida continuaba no solo para nosotros sino para todos los que alguna vez vivimos insertos en medio de una guerra contra un enemigo inexistente, que lejos de defender sus principios, se escondía en el anonimato entre las sombras de la oscuridad que el mismo creaba.
Felix, preparaba un examen, yo como siempre mas temprano había escogido el lugar ideal reservando lugares en la biblioteca, teníamos los libros, las copias, todos los materiales para dar un buen examen, esta vez, no lo dejaríamos pasar, cuando aparecieron ellas e escena, dos ángeles caídos del cielo entre la mas larga sequia de amor, Amor y Ángela su amiga, inspirado en los mas bajos deseos adolescentes que mas allá del libido pasando por lo sublime llegaba hasta nosotros con ese halo de frescura intoxicante entre lapiza de labios y desodorantes, mas allá de lo razonable, de la belleza o del riesgo, representaba la oportunidad del deseo que nubla las mentes mas claras embriagándonos entre el olor y la imagen cada vez mas confusa pero con un solo objetivo, sacar  del estancamiento a Felix.
Sin ninguna experiencia, Felix era algo así como el pupilo afectivo de la facultad, el resto ya con alguna experiencia, vivíamos preocupados por la falta de calor intimo-afectivo que sufría Felix, culpando a esta falta como la diseminadora del fuerte acné de su rostro, aquella tarde, ya casi noche, otro mito se desmentiría, el acné no es causado por la falta de actividad sexual, eso lo comprobamos esa noche.
Mas allá de las dudas, de los libros y de las bombas, nos acercamos a ellas, el olor embriagante era el mismo lejos que cerca, estábamos emborrachados, y ellas lo sabían, nunca fuimos tímidos, así que íbamos directo al grano, o al punto, eso les gustaba  a las chicas, hola, que tal? El inicio de la noche interminable.
Pocos minutos después del acercamiento inicial, nos quedamos brevemente solos Felix y yo cuando se acerco un amigo, con mas anos que nosotros, la amenaza venia impresa en la mirada, si sales con Amor, te la ves conmigo, porque yo he escapado por la ventana de la casa de una amante cuando llego el marido, mas que una amenaza, Felix y yo sentíamos que nos estaba marcando la hoja de ruta, y así lo hicimos siguiendo sus sabias amenazas, tomamos al toro por las astas y a las chicas por el malecón rumbo a lo que anos después se convertiría en el Parque del Amor en Miraflores, seguramente en honor a aquella noche de apagón.
Ya in situ, con las ganas en la garganta, Felix tomo las armas y escogió a la victima, Amor seria la elegida, el primer beso, la primera caricia, apoyados sobre un pequeño muro de concreto, se consumarían veinte tantos anos de espera, la emoción se sentía de lejos, el calor, la pasión, la experiencia de la vida misma, besos, abrazos, los cuerpos sumidos en uno mismo, complejamente adheridos como piezas perfectamente engranadas dando como resultado el mas sublime amor, Amor, lejos del rechazo, accedió a todos los sublimes requerimientos de Felix  quien lejos de desaprovechar cerro los ojos y vivió todo, todo lo negado en tan solo unos minutos, los mas gloriosos minutos de Amor.
Estando en la complejidad del encuentro, el ruido ensordecedor de los fuegos artificiales, confieso nunca haber pasado una experiencia como tal, el cielo se iluminaba como estrellas fugaces, el piso temblaba ante tanta pasión, el estruendo de las detonaciones……..mierda, Felix, apagón…!!!, se fue la luz carajo, compadre, que? No jodas……no huevòn, apagón, de verdad mira abre los ojos, el hielo invadió a Felix, como si las fuerzas del universo estuvieran castigando tanta pasión y ante el castigo inminente….Felix siguió, nada detendría la sábila del amor surgido de la profundidad de su ser, ni siquiera un atentado terrorista a pocas cuadras, dejando todo en tinieblas, ni siquiera eso, la pasión siguió su curso hasta coronar lo que seria la noche mas celebre de la historia sin exagerar, las mas noche, la mas celebre.
Ya camino de regreso, Felix no caminaba, Felix volaba, se convirtió e un ser alado, mitológico, juro haberlo visto elevarse del piso entre las luces de los autos que dejaba ver lo poco que tapaba el apagón, cantaba, levantaba los brazos, gritaba, era el jubilo que nació de esa aventura y que caracterizara su vida entera,  cuando mas allá de ocultar su agrietado rostro, nos enseno a sonreír, a ser visibles mas que invisibles, a querer como hermano y amar con mas que pasión, con los brazos en alto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario